Planean reabrir la histórica Confitería del Molino para el año próximo.

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La emblemática Confitería del Molino, situada en la Av. Rivadavia 1815, del barrio de Balvanera, será reinaugurada para el 2022, siempre y cuando la situación epidemiológica por la pandemia del coronavirus lo permita. El edificio dispone de una superficie total de 8.000 m2, y ya tiene un 75% totalmente remodelado, por tal motivo esperan que  para el 2022, la planta baja de la Confitería sea concesionada y reabierta, después de casi 25 años de su cierre.

Los integrantes de la Comisión Bicameral Administradora del Edificio del Molino, que están a cargo de la obra, señalaron que por la pandemia los trabajos de restauración se vieron demorados, al menos un año, pero esperan que a fin de año estén terminados. En esta primera etapa de remodelación, planean concluir con la reconstrucción de la planta baja, para poder concesionar la Confitería a comienzos del próximo año. La tarea realizada en este sector incluyó la recuperación completa de la fachada, el piso de mármol original, los ascensores,  los cielorrasos, y la marquesina, con sus cuarenta vitrales de 160 metros cuadrados de superficie.  En los últimos meses se terminó de restaurar la azotea y la torre cúpula del Edificio del Molino. Se renovó por completo el  frente, los salones de fiestas del primer piso, se reparó el mecanismo del mítico molino y sus aspas volvieron a girar. En tanto se continúan con los trabajos de restauración del cuarto y quinto piso, donde funcionará el Museo y el Centro Cultural del Molino.

Se estima que para el 09 de Julio, el día en que El Molino cumple 105 años, se pondrá en marcha un programa de visitas guidas al notable inmueble. Después de más de dos años de restauración, la Confitería El Molino ingresa en su etapa final, luego de que fuese expropiado en 2014 y transferido al Congreso de la Nación, mediante la Ley 27.009. Esta normativa estableció la creación de la Comisión Bicameral Administradora para supervisar los trabajos de restauración del Edificio del Molino, además determinó que el subsuelo y la planta baja del Edificio, deberán ser concesionados como confitería, restaurante, pastelería o cualquier uso afín. En tanto, que en el resto del inmueble deberá instalarse un Museo dedicado a la historia de la confitería, con sus antiguas maquinas, moldes de pastelería  y diferentes objetos recuperados en los trabajos de restauración, y un Centro Cultural que se denominará “De las Aspas”, destinado a difundir las obras de nuevos artistas.